28 de marzo de 2012

Oportunidades personales

Las oportunidades, esas cosas tan ocasionales y relativas. Todo lo contrario a la exactitud y precisión predeterminada. Para los que creen en el destino ciegamente, las oportunidades están ahí ya puestas y eso es lo que hay... Yo prefiero pensar que las oportunidades hay que generarlas, que si no hay alguien que las busque, no hay oportunidades. Si la oportunidad no está directa o indirectamente relacionada con la persona que puede obtener algo de ella, no existe tal oportunidad, no sería una oportunidad siquiera. Creer en el destino, oportunamente,  es ceder el poder de otorgar al tiempo un sentido y razón a algo externo a nosotros.
 Pero, para que una oportunidad surga y se haga presente, el que debe estar presente en el momento y en el lugar adecuados es la persona que la busca. Pero buscar no te lleva a la oportunidad, buscando se puede conseguir, pero no hace real la oportunidad, hasta que la encuentras... a veces de forma espontánea y otras mediante un proceso seguido.
Un efecto lleva  a otro, una acción a una posible reacción. La vida es una masa informe compuesta por oportunidades que están interrelacionadas.
Puede que gracias a una eventualidad, ocurra otra. O puede que gracias a que algo no ocurra otorgue la permitividad de que otra distinta suceda.

A lo que las oportunidades respecta es tan subjetivo y misteriosamente indescifrable, que es mejor dejar de pensar en ellas y pasar al acto, seguir adelante en pos de algo, un objetivo, que te haga avanzar y, sin querer queriendo, te lleve a esa oportunidad.

24 de marzo de 2012

Mar de realidad

Ese agua salada, a veces turbulenta, a veces apacible pero igual de incontenible, es el colofón del cauce de los ríos, dulces y sensibles... Todo empieza en lo alto de la montaña (en la cabeza de las personas), se empieza a generar algo, algo líquido que es movido por la gravedad , ese agua que emana de la montaña (ilusiones) que corren hacia abajo, con un destino fijo, más o menos distante: la mar (la realidad)

El cauce del río, el cauce de las ilusiones que te arrastra hacia un final, te arrastra si no te sales de ese río, pero ahí lo ves todo tan aparentemente claro (como el agua, nunca mejor dicho) Y por el transcurso del río, ese agua, cargada de ilusiones, se va incrementando más y más, un río conecta con otro, las ilusiones se multiplican.

Finalmente, a algún lado tiene que llegar todo eso, ¿donde si no? A la vasta mar, donde te das cuenta de todo realmente, y ese contenido dulcemente ilusioro que se transportó por el río, se acaba contaminando de sal, que te aporta la pizca de realidad. Si tomas demasiada sal, te acabas asqueando.
La realidad y el mar no tienen piedad, como te confíes mucho mientras vas navegando por ellas, te puedes hundir, y te puedes dar por perdido.
El mar y la realidad tienen una gran capacidad para erosionar, ya sean acantilados, ya sean sueños irrealizados... Lo terminan por desmoronar todo, la arena de la playa se convierte en lodo.

Pero puede que antes de llegar a la cruda mar, haya alguna barrera que corte las líquidas ilusiones, una presa que contenga todo el material de la ilusión, que depure el agua (tu alma), y que permanezca, por fin, en paz, en armonía, estática.

22 de marzo de 2012

Solamente tú

Inversamente a lo corto que es el pronombre que te indentifica, es lo que siento por tí. Tú, sí, tú, aunque lo repita mil veces, siempre serás tú.
Eres como un oasis en mi desértica vida, te ví de lejos, pero pensé que eras un espejismo. Las aguas que emanan de ti, me tientan a beberte eternamente. Lo sediento que estuve durante mi trayecto hasta que llegué a ti no es si no, un bendito sufrimiento que tuve que aguantar para llegar a lo que tú llamas tus labios y yo, prefiero llamarlos puertas al paraíso...
Ahora en lo único que pienso, es en la persona que está leyendo esto. En  mi vida te quiero, lo que quede y un poco más del resto.
Me ocuparé de llenar tu corazón de amor, pero tendré que darte doble ración, también tienes el mío...
Si suspiro, es por ti, si me fascino, es por ti, te amo, con frenesí. Tú, eres la persona que me llena, lo que quiero es acariciar tu melena. Besarte y abrazarte, aunque se me vayan las fuerzas de la flojera de la felicidad de tenerte instantáneamente. Mirarte y oírte, deleitarme infinitamente de escucharte y contemplar lo más bello entre lo bello. Tocarte y mimarte, como si fueras un peluche mullidito al que darle calor y frotar con amor.
Muchas personas marcan un antes y un después en la vida, pero yo sólo quiero que marques un antes en la mía.
Me costó bastante escribir esto, sobretodo por mi constante y rítmico hilo de suspiros que no hacían más que componer tu nombre pieza a pieza, armónicamente.

21 de marzo de 2012

Planes improvisados

La vida es como una montaña rusa, hay bajones, subidones, tramos en los que vas muy rápido, otros en los que vamos despacio y sin sinuosidad... En los momentos previos a una bajada llena de adrenalina siempre hay un movimiento lento hacia la cúspide de lo más alto, ahí es cuando vas pensando en lo que te espera al bajar.
Ese pensamiento, a veces, más que siempre es inevitable, pensar en lo siguiente, en el futuro próximo, en el futuro a media distancia y a largo plazo. Piensas y piensas sin un porqué ni un para qué, te embriaga la sensación de lo que puedes encontrarte en tu futuro, es irresistiblemente tentador.
Y cuando tienes cosas pensadas, cosas grandes por hacer, que te llenan de ilusión y pasión por continuar viviendo, tienes unas irrefrenables ganas de que tu futuro se convierta en tu presente sin rechistar, que tu presente sea pasado para recordar.
Intuitiva y sensorialmente intentamos trazar el camino que hay hacia adelante, pero no siempre coincide exactamente lo que trazamos con lo que caminamos realmente. No digo mejor ni peor, digo diferente.

No importa cual sea el aliciente, no importa cual sea la especia que le eches al plato que conforma tu futuro. Puede ser una persona, algo pasional, un proyecto, algo laboral... Cualquier cosa que tú quieras que te ilusione te ilusionará en tanto que te dejes ilusionar por ella.

Tiempo al tiempo, y tú, a mi.

20 de marzo de 2012

Compañía solitaria

Y lo que voy a relatar no quiero evidenciar qué es, pero quien quiera creer que es ficticio que lo crea y quien quiera creer que es real, que así sea...

Una tarde de invierno, de estas que el frío te cala los huesos y te van tiritando hasta los sesos. Se me ocurrió salir de casa, se me ocurrió quedar con ella, con ella. De camino al encuentro con la esperanza, no era de esos que llega con tardanza. Llegué al sitio, un parque más que vacío. Allí no había ni un alma, ni siquiera la mía. Me senté en un banco, por cansancio e impotencia, no estaba ella, ella.
Y así las cosas, decidí esperar, lo que aguantara en aquel gélido lugar. Mi compañía era el frío, que me llegaba dentro, no tan dentro como el amor que sentía, claro. Silencio y ausencia, yo con mi firme paciencia, de allí nada se movía, ni nadie más había.
Al cabo del tiempo, pasó una hora, larga y llena de tristeza, en la que me dí cuenta de una cosa con pereza: estaba más sólo y derrotado que nunca. Me dí cuenta, de lo que yo sentía, era una cosa única, para mí, como medio cuerpo, algo inacabado. Amar sin ser amado lo llaman.
Fue un duro golpe contra el viento helador, pero dentro de mí, aún había algo de calor. Seguí esperando quieto, no sé porqué, tal vez por la imposibilidad de reaccionar, tal vez por las lágrimas que corrían por mis mejillas, tal vez porque no había otra vez. Tal vez, tal vez te amé tanto como frío hacía ese día, pero decir eso es seguramente quedarme corto.
Paralizado estuve otra hora allí, el interior de mi corazón fue oscureciendo al mismo tiempo que lo hacía el paisaje, la noche se acercaba, me iba a acompañar mucho frío como no me moviera de aquel lugar inmóvil.
Durante la vuelta a casa, me quedé pensando en que no había estado, ni mucho menos, solo esa tarde. Me había estado acompañando ella en todo momento, ella; pero era otra "ella", era la soledad.



18 de marzo de 2012

Aparentes personas

Y si algo me parece curioso de la sociabilidad humana, es el proceso de conocer gente nueva. Cuando se entra en contacto por primera vez, las primeras impresiones imposibles de evitar, los pensamientos que te llevan a pensar el descubrimiento de ese nuevo individuo... Y si todo va bien, es cuando empieza a crearse una conexión, una cuerda que comienza a ser atada entre alma y alma de la una y la otra persona, dándose al fin, un lazo entre una y otra vida.
Una cosa puntual que me fascina, es el paso del desconocimiento, de la vergüenza pre-confidencial a la confianza y la naturalidad, en esa segunda instancia, es cuando nos comportamos como realmente somos.
Mientras tanto, antes de ello, cuando empiezas a conocer a una persona, a visualizar atisbos de como es, la deducción-intuición te lleva a pensar en como es el conjunto de esa persona y ello, siempre o casi siempre ( ese "casi" para los más optimistas ) te lleva a engaños, decepciones o sorpresas. Igual que está el caso negativo, cuando pensabas que una persona iba a ser como esperabas que fuera, también está el caso contrario, cuando pensabas que una persona iba a ser peor y te encuentas con que no...

Mi "yo culinario" me lleva a alegorizar este proceso de conocimiento como si la persona que vas a conocer fuera una cebolla, que está estructurada en capas. Y empiezas a quitar capas, una, otra, otra más... A veces, llega el momento en el que te topas con una capa "que huele mal", te echas para atrás y dejas a dicha cebolla. También podría darse el caso de que, al estar ya muy profundamente en común con una cebolla, veas una capa de ella que te haga llorar así sin más.
Eso sí, ten cuidado si te entran ganas de comerte una nueva cebolla, puede que se te repita mucho.

15 de marzo de 2012

Pasado marchado

El pasado o el presente muerto, lo mismo son, o mejor decir eran.
No hay mejor imagen para saber lo que es el pasado que una fotografía revelada, lo puedes ver, lo puedes palpar mentalmente, pero no puede volver a ser vivido o cambiado, lo hecho hecho está y lo no hecho, también.
Lo pasado está hecho para tenerlo en cuenta, pero no para tenerlo en mente. Si no quieres que te asalten los fantasmas del pasado, mejor darle un buen entierro al pasado, meterlo en una tumba mental y recordarlo, solo recordarlo para saber cómo llegaste hasta el presente, cómo has llegado a ser la persona que eres...
Sin querer quererlo, a veces el presente se hace pasado demasiado rápido, otras, demasiado lento. Pero eso es porque los sentidos nos engañan, y van en nuestra contra y en la del tiempo. Controla los sentimientos y controlarás el paso del tiempo.

Y, si algo de tu presente se va, no tiene porqué irse de tu futuro también, puede volver de tu pasado de nuevo, o mejor decir de viejo.

Lo más importante es no pararse a pensar en el paso del tiempo, tú pasa de pensar en el paso y paso a paso sin pensarlo el tiempo pasará y lo habrás vivido, lo habrás disfrutado o lo habrás sufrido.

Y siempre, siempre, siempre, clasifica y diferencia lo que es el pasado, el presente y el futuro, que el párrafo que leíste antes no es este que estás leyendo ahora, que este que estás leyendo ahora no es el que leerás a continuación...

14 de marzo de 2012

Fallos acertados

Cuando uno piensa en la palabra fallo, piensa inmediatamente en algo negativo, algo que no debe de ser como es, algo defectuoso o carente de beneficio. Pero eso solo es así si aislamos el fallo, el acto puntual de fallar es lo malo en sí mismo... Pero lo que viene después, a largo o a corto plazo, es efecto directo causado por ese fallo.
Si fallas, pierdes una oportunidad, pero ganas las demás oportunidades que quedan aún por probar. Tal vez el fallo sea a veces acertar de forma no deliberada, acertar de primeras, para luego arrepentirse y verse atrapado o decepcionado por no encontrar lo que se esperaba.

 Fallar es la vía para alcanzar el acierto que tú esperas, tarde o temprano, tiene que llegar.
Todo depende de como lo mires, lo que para unos es un fallo irremediable, para otros es una lección envidiable.


12 de marzo de 2012

No dudes de tus dudas

¿Si dudas de que dudas, entonces que te queda? Al menos te acompaña la claridad de tus oscuras dudas.
Dudar, una palabra corta, pero que te da mucho que pensar...
La certeza de la duda es tan obvia como la duda de lo real. Puedes dudar de algo, algo de lo que no estás seguro, pero estás seguro de que dudas de eso en tanto que no sabes su seguridad.
Hablar sobre la duda es muy abstracto y complejo, no lo dudes.

Algunas certezas de la vida son indudables, aunque por mucho que se duden finalmente llegarán a ser así. Es indudable su potencia, pero no su efecto.

Pensarás que tal vez, tal vez, la ignorancia sea la solución a los problemas que traen el conocimiento, sus pertinentes cuestiones y dudas, pero no es así... La ignorancia no es más que un velo que nos tapa y nos oculta la verdad y si no sabemos la verdad, ¿qué...?
A través de la duda se alcanza la certeza total, aunque parezca contradictorio, utilizar algo para probar su contrario.

Visto así, las dudas pueden tener un doble efecto, que te hagan volver a pararte a pensar las cosas de forma más sólida y concluyas algo cierto o que te paren en seco, te dejen quieto y por esa inmovilidad pierdas tu oportunidad de concluir la certeza que buscabas. Llámalo X.

Todo lo de antes solo es el aplicar la duda a un individuo, ni hablemos si la duda se genera en un conjunto de individuos... Y puede que el conjunto de personas que dudan, hagan que se creen más y más dudas de forma indudable, como un virus que se multiplica.

¡Ah, y se me olvidaba de mezclar la duda y los sentimientos! Dudo de que sea una mezcla beneficiosa, a no ser de que se sepa que es lo que es y lo que los sentimientos intentan decir y de que forma manipulan la realidad.

Para terminar, quiero decir que no dudo de que la certeza de esto que escribí sea dudable.

7 de marzo de 2012

El hogar del amar

Con los tiempos que corren, repletos de materialismo y con la hipócrita predominancia de lo aparente, parece ser que lo más difícil es darse cuenta de lo esencial, de lo interior, de lo que realmente es algo.

Para mi, una persona a la que querer es como una casa, como un dulce hogar por el que el amor pasa.
Hay muchos tipos de casas, unas más adornadas que otras, unas más grandes que otras, unas más a la vista que otras... Pero lo importante de una casa, es su interior, su contenido, lo que habita en ella, sus muebles, su decoración.
Lo mismo pasa con las personas, exactamente.
 Puede que, a primera vista, veas una casa que está muy mal, que tiene un aspecto horroroso y no te atrae la idea de entrar en ella... Pero imagínate que, en esa misma casa, pero por dentro, es diferente, la cosa cambia y te sientes cómodo. Ahora que estás dentro y te sientes a gusto, vuelves a pensar en tu primera sensación al ver la casa desde fuera, te habías equivocado rotundamente.
Lo mismo pasa con las personas, exactamente.
Digamos que, amar es vivir y una persona es una casa, correspondientemente. ¿Cómo se vive mejor, en una casa que está vacía o en una casa llena de cosas? ¿Cómo se vive mejor, en una casa que está llena de cosas que no te gustan o en una que está llena de cosas que te gustan?
También es cierto que, todo es cuestión del punto medio. Que hay casas que te gustan por su interior, pero hay cosas que no te parecen bien en ella, pequeños defectos que saber aguantar. Puede que tengas también la oportunidad de vivir en una casa de la cual adores su interior y su fachada, pero eso ya depende del tipo de "decorador" estés hecho.
Lo mismo pasa con las personas, exactamente.
Por último, si le tienes mucho cariño a una casa que te encanta, pero está muy destrozada y con daños y, pese a todos los arreglos y reparaciones que hiciste sigue igual. Lo mejor que puedes hacer es desalojarla y mudarte a otra casa.
Lo mismo pasa con las personas, tristemente...

5 de marzo de 2012

Principio y/o fin

¿Qué mejor que empezar por el principio? Sinceramente, es lo primero que se me ha ocurrido expresar como inicio del blog.
El inicio, el comienzo, el principio, todos estos significantes remiten a un único significado, único pero que puede ser de muchas maneras. Hay inicios que los afrontas con miedo, con incomprensión, con temor a lo que está detrás de él; otros, en cambio, son inicios esperanzadores, que te ilusionan, que quieres empezar a vivirlos y no acabarlos jamás. Pero eso no puede ser.
¿Un comienzo conlleva un final? Tal vez pienses que no, pero solo se piensa en un único final para un comienzo, pero no es así, un único comienzo puede derivar muchos finales que no son ciertos, pero que están ahí, que pueden plasmarse como reales, pero finalmente, final plasmado sólo hay uno, pero nunca determinado desde el inicio... ¿O tal vez sí? Solo se puede saber la verdad, llegando a ella, solo puedes saber el final, finalizando lo que se inició, para siempre.
Igual que los comienzos, los finales los afrontamos de diferentes formas y con distintas sensaciones, finales angustiantes, que no quieres creer que llegarán algún día; finales que te dejan con ganas de más; finales que no acaban como pensabas; finales que no acaban; finales que no merecen ser finales; finales que te abren las puertas a otros comienzos, no tienen porque ser mejores, sino solo distintos.
Y es que, creemos que son dos cosas contrarias, pero un final puede ser un comienzo y viceversa, según quien lo mire y cómo quiera ser mirado.
Sea comienzo ó final, es lo menos importante, en lo que hay que centrarse es, en lo intermedio, en lo que conecta inicio y fin, la historia que está circunscrita a ellos. Hay personas que se quedan contemplando el principio o el final de algo, pero no contemplan ese algo, el devenir del mismo...
Hablando de este tema tan cíclico, creo que va llegando la hora de finalizar esto que escribo y empezar a pensar en otro comienzo. Claramente, el fin de las palabras es puesto por quien las lee y no por quien las escribe, es tu decisión qué hacer con estas que acabas de leer profundamente o simplemente leíste por encima.