13 de noviembre de 2013

Plenitud inaccesible

Si coges A, tienes que dejar B y si quieres B, tendrás que soltar A, y no estrictamente porque sea una prohibición o una paradoja quedarte con ambas. Si no que, digamos que si cargamos con el doble de peso, el esfuerzo que hagamos también será el doble, que nuestra integridad, se verá partida en dos en el caso de quedarnos con A y B. Es cierto que hay personas que pueden, o que llevan (ensimismados) adelante eso de acarrear varias cosas a la vez, pero lo que también es cierto, que esas no pueden disfrutar de la vida de manera más plena que otras que no decidieron cargarse tanto. Siempre tenemos que analizar lo que podemos soportar sobre nuestras espaldas, ya que si no lo hacemos y nos cargamos demasiado, nos dejará un problema crónico, un "dolor de espalda" existencial. Que cuanto menos cosas ocupen tus manos, más ocupará tu felicidad, y por consiguiente, te puedes entregar más a lo menos y menos a los más.
Que no se vive más plenamente cuantas más cosas se tengan, ni tampoco cuantas menos, sino cuando eres consciente y capaz de reconocer que es lo justo para ti.

8 de noviembre de 2013

El tiempo como algo inter/intra-personal

Es increíble la imprecisa generosidad que tenemos las personas al prestarle tiempo a otras, prestando algo que ni tenemos materialmente, ni sabemos cuando se acabará, sería impensable darle a alguien alguno de tus bienes cuando, no sabes cuanto de ellos te quedan para que se acaben, pero aún así, el tiempo es diferente a todo lo demás. Es toda una hazaña no escrita eso de darle tu tiempo a otro ser, darle parte de ti intrínsecamente, y no sabiendo si, recuperarás la inversión inmaterial que hiciste, de una forma recíproca... O si, desafortunadamente, perderás el tiempo gastado y a la persona en la que te lo gastaste. Deberían existir los administradores temporales, ¿eh? No sería mal oficio, con lo ridículamente superior que es el valor del tiempo en comparación con el de otras cosas tangibles, las cuales tratamos de administrar tan concienzudamente y con tanto ahínco.
Y más allá de regalarlo, también se puede analizar y criticar lo que sería "darse tiempo para sí mismo", igual que lo puedes perder haciendo las cosas en el momento equivocado, no hacerlas nunca, o algo peor... Perderte a ti mismo entre tantas vueltas al reloj, al calendario; perder tu noción del tiempo, tu identidad, y lo que todo ello conlleva.