31 de julio de 2015

Irreversiblemente natural

Mucha gente se confunde pensando que le quitan algo de forma incorrecta, pero no hay nada más incorrecto que pensar que eso es así. Tal vez debería pensarse a la inversa que no es que te quiten ese algo, es que tú lo estás perdiendo y alejándote de ello sin darte cuenta hasta que se ha ido.

Alternativamente al perder cosas sin querer o por relajación, desde el otro lado, se ejerce en ocasiones una fuerza opuesta, que atrae hacia sí eso que se empieza a perder. En casos así, no se tendría que pensar eso de "Me están quitando algo mío", cuando uno mismo es el que da pié a que las cosas ocurran en ese sentido.

Todo ese proceso conforma un efecto mariposa que no tendría porqué empezar si no se da el primer empujoncito y claro luego nos encontramos con que ese efecto no es reversible, que lo que la inercia provocó no se puede deshacer, que hay que asumir lo hecho y no tratar de parar contrarrestando la fuerza de la naturaleza que se esconde en nuestras acciones o en acciones ajenas.

28 de julio de 2015

Un tesoro real

No se trata del pirata con su barco en busca de joyas preciosas y monedas de oro, tampoco se trata del apuesto caballero alcanzando una alta y peligrosa torre de piedra, en la cual está encerrada la princesa a rescatar.

Las formas y los contornos cambian drásticamente en la vida real, los tesoros no son tan ideales a la vista y nosotros tampoco es que llevemos un loro al hombro o una espada al cinto, ¿verdad?
Podríamos ir por ahí montándonos nuestros propios cuentos, pero no sería lo recomendable ya que éstos siempre tienen un "Fin" como coletilla.

Si de verdad estamos dispuestos a dar con nuestra fortuna personal, con nuestra riqueza subjetiva deberíamos deshacernos de estos ideales de ficción, de estas extraterrestres expectativas y saber que, aquello que buscamos o nos podemos encontrar tendrá cualquier forma, con sus imperfecciones, con sus distorsiones, porque será algo real al fin y al cabo.

15 de julio de 2015

Desde que tengo uso de... internet

Es un lugar raro, pero no deja de ser un lugar como cualquier otro aunque no sea físico. Parece que, por sus características, en él ocurren cosas que en otros no (más libertad, menos presiones, etc.), irónicamente estando encerrado en un ordenador, en un teléfono móvil... También esto implica un mayor factor de malentendimiento a la hora de comunicarse, o mayor margen para poner excusas.

Aunque te sientas cómodo y en tu lugar, jamás puedes tener seguridad, porque lo que te rodea, más que nada es imaginado, fantasías que se convierten en más relevantes y sólidas que las propias verdades. Y a muchas de esas fantasías, le asignamos un puesto y una importancia que no se merecen ni de cerca, ni de lejos.

Un lugar en el que incluso llegan a señalarte por ser tú mismo, pero claro, no en el buen sentido la mayor parte de las veces. No te amilanes, tú quieres estar aquí para ser tú, no con el fin de llamar la atención como un niño dando pataletas para que se le haga caso (asumiendo que no eres de esas personas, y si lo eres, al menos, reconócelo). Al final, con algo de esfuerzo y con algo de suerte, terminarán por darte la razón aquellos que no te comprendieron, terminarás por ayudar a otros sin tan siquiera darte cuenta.

Resumiendo el parte meteorológico, lluvia de críticas a lo real y otra de halagos para lo artificial.







6 de julio de 2015

A contra-sorpresa

En ocasiones la vida tira un dado justo delante tuyo, el resultado es algo naturalmente aleatorio y la frecuencia de los lanzamientos, también. Sean buenas o malas estas condiciones vitales, hay que saber interpretarlas, matizando el valor exacto de éstas. Y más allá de la mera interpretación, no te puede pillar por sorpresa, ya que así no podrá seguir la "partida". De otro modo, y sin tan siquiera una explicación factible a veces, debes responder (sea bueno o malo,  en ambos casos) ante el lanzamiento de dados efectuado por la propia vida.
No se puede esperar que ella sea en solitario la única que actúe, uno debe reaccionar, dentro de su turno y lanzar sus dados, con mayor o menor efecto, pero con uno, después de todo.
Poco merece la pena perder la ilusión por ganarle la partida a la vida, y cuando dicho entusiasmo se pierde, poco sentido tiene seguir lanzando dados, ya que aunque se gane, no tendrá ninguna especie de sabor a victoria.

Levántate si la vida te empuja, y con la inercia del volver hacia arriba, sorprende a todo pronóstico que auguraba tu más que seguro hundimiento.