31 de agosto de 2014

Nuestro cementerio viviente

No sé como nos las arreglamos para llegar a éstas, pero aquí nos encontramos entre cuerpos sin mente y esqueletos sin carne, parece como si nos hubiésemos trasladado a un cementerio con las verjas cerradas, del cual no podemos escapar.
Por un lado están los pretendientes a ser zombies, los autómatas de carne y hueso, que van pululando por ahí sin mirarse los unos a los otros, sin sentirse los unos a los otros, cada uno aislado en su eterno nicho. En el peor de los casos, ni siquiera nos vemos a nosotros mismos en tal situación, atamos nuestra mente a la perdición, a la sumisión de un agente externo para idolatrarlo de sobremanera y a un precio más que elevado.
Por otro lado, y no demasiado mejor que el primero, se encuentran aquellas personas las cuales se encadenan a sí mismas hasta reducirse a huesos, a un mero esqueleto, ¿de verdad eso resulta natural? Es comprensible que tengamos gustos dispares, pero de ahí a esto hay mucha distancia, muchos complejos y mucho dolor para que después de todo se conviertan en un desecho óseo con los ojos vendados. Puede resultar macabra la comparación, pero la idea de instalar la belleza en la completa delgadez me resulta más cercana a la necrofilia que a cualquier otra cosa.
¿Se abrirán algún día las verjas de este nuestro cementerio?

19 de agosto de 2014

Llanura de la muerte

No nos podríamos quejar de que la vida es como una carretera mal hecha, a tramos bien, unos no tanto y otros... Mejor olvídate. Si te pones a pensar el que la vida fuese una situación completamente aplanada, no podría escapar por ningún lado el pensamiento de "¿Y dónde dejo mis expectativas y la emoción del sentirme ascender y descender?". Hay que saber jugarla, saber arriesgar, saber ganar y saber perder.
Los bajones, también cuentan como parte del camino, no se puede uno desprender de ellos ni apartarlos (aunque sí evitar unos cuantos). Pero claro, toda bajada implica una subida tarde o temprano, es la gravedad inversa de la vida, y si dices que no te ocurre, no es que no te ocurra, es que no la sentiste llegar.
Puede que, al fin y al cabo, donde más seguros os sintáis sea en lo llano, pero allí es donde habita la muerte irónicamente, donde no hay cabida para la emoción o la expectativa, que son después de todo las cosas que le dan vitalidad a vuestra existencia.

11 de agosto de 2014

Espérate a que lo vean

Por mucho esfuerzo, ganas y méritos le pongas a las cosas, aún con todo eso muchas veces se necesita de perspectiva temporal para que el resto del mundo te lo reconozca. Puede resultar un poco injusto que después de haber estado un temporada dejándote la piel, el sudor e  incluso la sangre, tengas que esperar una segunda época para que, lo que hubieses regado dé sus frutos. Pero pensándolo desde otro punto de vista, si no existiese ese tiempo necesario para que las cosas obtengan su reconocimiento, todo se haría más fácil, habría más competencia y, también sería más frágil y efímera. Ya que, después de haberse tirado meses o años hasta conseguir algo y no ver directamente el reconocimiento que ello supone, muchos tiran la toalla aún habiéndolo conseguido pero por no ver reacciones a ello, se rinden.
A veces hay que ser mucho más persistente de lo que se requiere para conseguir el éxito, ya que puede que esté un poco más lejos de lo que nos habíamos planteado inicialmente.

7 de agosto de 2014

Nada de zonas profundas

Por mucho que sepas o por mucho que lleves adelantado, nunca conviene empezar en lo más difícil, en lo más costoso. Aunque seas el mejor (o el único) siempre conviene empezar desde la partida, poco a poco, con constancia y nada de comerse el mundo de un sólo bocado, las cosas hay que digerirlas o te dará un buen dolor de barriga, por osadía o temeridad si no lo haces. Además, tu cuerpo/mente te lo agradecerá, ya que tal vez tú estés predispuesto a tirarte al peligro, pero puede que tus límites físicos o psicológicos no estén habituados y no te sigan.
Puede que etiqueten de temeroso o de indeciso el comenzar desde el principio, pero en el fondo, no hay pasos más firmes y decididos que los que recorren todo el camino por completo, los que están dispuestos a absorber de forma más definida lo que oculta ese agua de la piscina, que es la vida o una etapa determinada de ella misma.
Que si quieres, te puedes tirar de primeras en la parte más profunda de la piscina, y si te ocurre algo malo, será lo peor... Tal vez toques fondo y no vuelvas a subir, tú decides, tu instinto te persigue.