7 de agosto de 2014

Nada de zonas profundas

Por mucho que sepas o por mucho que lleves adelantado, nunca conviene empezar en lo más difícil, en lo más costoso. Aunque seas el mejor (o el único) siempre conviene empezar desde la partida, poco a poco, con constancia y nada de comerse el mundo de un sólo bocado, las cosas hay que digerirlas o te dará un buen dolor de barriga, por osadía o temeridad si no lo haces. Además, tu cuerpo/mente te lo agradecerá, ya que tal vez tú estés predispuesto a tirarte al peligro, pero puede que tus límites físicos o psicológicos no estén habituados y no te sigan.
Puede que etiqueten de temeroso o de indeciso el comenzar desde el principio, pero en el fondo, no hay pasos más firmes y decididos que los que recorren todo el camino por completo, los que están dispuestos a absorber de forma más definida lo que oculta ese agua de la piscina, que es la vida o una etapa determinada de ella misma.
Que si quieres, te puedes tirar de primeras en la parte más profunda de la piscina, y si te ocurre algo malo, será lo peor... Tal vez toques fondo y no vuelvas a subir, tú decides, tu instinto te persigue.

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