Los bajones, también cuentan como parte del camino, no se puede uno desprender de ellos ni apartarlos (aunque sí evitar unos cuantos). Pero claro, toda bajada implica una subida tarde o temprano, es la gravedad inversa de la vida, y si dices que no te ocurre, no es que no te ocurra, es que no la sentiste llegar.
Puede que, al fin y al cabo, donde más seguros os sintáis sea en lo llano, pero allí es donde habita la muerte irónicamente, donde no hay cabida para la emoción o la expectativa, que son después de todo las cosas que le dan vitalidad a vuestra existencia.
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