Muchas
son las veces que lanzamos esa pregunta al aire de nuestro interior y que, tanto
nos centramos en responder: “¿Estoy bien? ¿Estoy mal?”. Y es que inquieta, nos mueve (mejor dicho,
nos pierde) el hecho de dar con la respuesta, de afirmar la que ya pensábamos
como solución o de desechar la que no aceptamos. En el fondo es enfrentarnos a
una pregunta bastante ambigua y subjetiva, por tanto, convendría más bien
desarrollar cuestiones menos cuestionables y que posean una respuesta más útil.
A mí, en particular, la pregunta que más me
ayuda es “¿Estoy en el camino correcto o no?” y función de ello, darme cuenta de
si lo hago bien o mal, que es algo que realmente afecta al estado personal de alguien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario