21 de agosto de 2015

La calma después de la tormenta

Se acerca una tormenta, las ves venir hacia ti y ya te pierdes pensando en ella. La tienes encima de ti, no puedes ocupar tu mente y tu cuerpo en otras cosas. Te recorren escalofríos de humedad marina, te asaltan olas tan grandes que temes por sucumbir ante su fuerza y pasión.

Consiguió atraparte, ya no hay vuelta atrás, te encuentras dentro de ella y aunque arrecie el temporal, aunque trates de reparar después tu barco aventurero lobo de mar, sabes que dejará marca en ti, y que jamás podrás borrarla.

Tonto de ti, al llegar la calma, piensas que toda la amenaza ha pasado, y nada más lejos de eso es entonces cuando la mar te cala hasta los huesos. Antes te había mostrado su majestuosidad y su locura, la tormenta que alberga dentro de sí, pero ahora en el más íntimo descanso te acaricia y te mece suavemente con su superficie de piel acuosa, te muestra secretos que otros marineros jamás habrían podido ver en ninguna carta naútica.

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