A veces puede que sea cómodo que un día sea "bueno" o "malo", pero no por eso debemos dejar de pensar que no repercutimos en nada en lo que es nuestro día. Todo lo que saques de tus entrañas, más tarde o más temprano, acabará reflejándose en el exterior. Si te esfuerzas en estar animado, alegre, sonriente, lo tendrás que reflejar y al ver, sentir ese reflejo, es cuando llegan los motivos del ánimo, alegría o sonrisa.
Sé que parece raro esa alteración motivos-efectos, pero hay días en los que no queda otra que hacerlo, o si no, un "mal día" se avecina.
Un día, en última instancia, es cuestión de uno mismo y no de lo que ocurra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario