29 de septiembre de 2014

Puertas que se solapan

Cuando se quiere más de la cuenta o se quiere en el momento incorrecto, no se puede intentar abrir sitio donde sólo hay hueco para una opción. Es vital ser consciente de lo nocivo que llega a ser estar pensando en dos cosas que se superponen, porque una hace que la otra flaquee y viceversa. Así no tienes ni dos, ni una, si no cero...
No se puede estar con la puerta del pasado abierta mientras que intentamos abrirnos una de futuro, puede que venga una ráfaga de viento y cierre las dos, o que te quedes aguantando a ambas puertas con tus manos, pero te impides a ti mismo pasar a través de una de ellas por no soltar la otra opción.
Añoranza y esperanza no pueden convivir de buenas maneras, se echan miradas incómodas la una a la otra, la otra intenta invadir el territorio de la una. Y seguro que, tú como "amigo" de ambas partes, salgas peor parado que ninguno de los tres por apoyar a sendos sentimientos a la vez.

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